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HERNIA, PROTUSIÓN Y CONTROL POSTURAL (PARTE III): El final del proceso de la hernia, es describir como el disco intervertebral se rompe y para ello necesitamos haber comprendido los dos apartados anteriores,

cuando lo hagamos se nos hará tremendamente sencillo entender porque se rompe el disco y cómo podemos revertir, en la medida de lo posible este proceso.


Como había explicado, existen zonas en la columna dedicadas a la protección y otras a la movilidad, para lo que aquí nos atañe nos centramos sobretodo en el tema movilidad y como había comentado necesitamos que toda la columna se mueva ¿verdad? Vayamos un poco más lejos.

Dentro de unos parámetros diferentes lo que está claro es que para poder movernos cada vértebra tiene que realizar un movimiento más o menos amplio, pero no puede no moverse.


La diferencia en el movimiento viene determinada por el tipo de movimiento que hace, unas están diseñadas para ROTAR y otras para FLEXIONAR, si sabemos cuál es la función de cada vertebra y zona podremos trabajar de forma más analítica en nuestras clases de control postural, y centrar nuestro entrenamiento para recuperar la lógica del movimiento de la columna.

Existen zonas más específicas para hacer los giros y otras zonas para realizar la flexión. En concreto, las rotaciones tienen lugar en la zona que llamamos charnelas, estas son las zonas donde se cambia el sentido de las curvas, de la cifosis a la lordosis. Como existen cuatro curvas, encontramos cuatro charnelas, estas están diseñadas para poder girar hacia la derecha y hacia la izquierda en un plano transversal.

Seamos aún más concretos, de estas charnelas la principal a la hora de realizar la rotación es: la cervico-dorsal para poder girar la cabeza y la charnela dorso- lumbar, a mitad de la columna. ¿Por qué son las dos charnelas principales a la hora de girar? Pues simple, la zona dorsal y pecho tiene un hueso llamado esternón y las costillas que limitan la flexión, por eso el sistema permitió que esta fuera la zona dedicada a la rotación, como tenemos que proteger el corazón y los pulmones y no podemos aplastarlos, limitamos la flexión y dedicamos esta zona a la rotación.

Para que todo tenga una lógica, sabiendo que esta zona esta diseñada para rotar, el cuerpo en su inteligencia evolutiva reforzó los discos en las zonas de mayor fricción transversa, de manera que los discos intervertebrales tienen una disposición de sus fibras transversales, en horizontal que permiten mantener el disco fuerte en la presión que esta ejerce en rotación.

Una vez que somos capaces de rotar, necesitamos flexionar y extender el cuerpo para tener un movimiento en todas las direcciones. Para ello el sistema preparó la zona lumbar y la zona cervical, necesitamos esta zona para agacharnos y ponernos de pie, para realizar el movimiento en un plano sagital.

Siguiendo la lógica, si el movimiento a realizar es vertical, las fibras de los discos lumbares y cervicales tienen una disposición vertical, de manera que refuerzan el disco en las zonas que más sufren para que no haya ningún tipo de lesión.

Si cada zona hiciera su función y funcionaran de forma coordinada no habría ningún problema ni lesión, ya que el cuerpo está preparado para compensar un posible exceso de fuerza dentro de los parámetros propios. Sin embargo, es débil en aquello para lo que no está preparado. Quizás usted está pensando: Yo o uno amigo que yo conocía le dio justo el dolor cuando se enderezó y se puso de pie, cómo es posible esto?

La respuesta necesitaba de toda esta explicación para entender que había un debilitamiento previo, pero había que entender cómo se debilita. Cuando, por ejemplo, existe un bloqueo en la charnela dorsolumbar, diseñada para rotar, dejamos de realizar este movimiento con la dorsal, de manera que el cuerpo busca la siguiente charnela disponible para poder hacer la rotación, esta es la charnela lumbo-sacra. La región lumbar, como he comentado se ocupa de la flexión y extensión, y sus discos están preparados para este tipo de movimiento, no para el de rotación. Cuando esta zona tiene que realizar los dos movimientos a la vez, se vuelve tremendamente inestable y se produce un efecto de fricción o cizalla que termina por romper el disco por su zona débil, ya que recordamos que no tiene refuerzo para las rotaciones, este es el origen de la hernia y la rotura del disco.

El bloqueo podría venir de otra articulación que no sea la charnela dorsal, pero la biomecánica, la explicación y el tratamiento sería igual fuera cual fuera su origen, cadera, sacro, víscera, pie, hombro, solo que el proceso sería un poco más largo y habría que conocer el funcionamiento de las cadenas musculares implicadas. Uno de los más comunes es que la charnela dorso-lumbar al encontrarse bajo la influencia del hígado y el diafragma se encuentra fácilmente bloqueado, explicaremos mejor este hecho, pero puedo adelantarle que el diafragma se bloquea en el momento en el que sentimos un agobio o una angustia, comprenderá lo sencillo que es debilitar esta zona, y que la lumbar tenga que compensar.

TRATAMIENTO DE LA HERNIA

Sabiendo lo que sabemos y si tiene inquietud por la actividad física, es fácil saber que tiene que hacer para poder recuperar una patología lumbar de estas características. Encontrar el bloqueo y movilizar la zona del origen de la lesión.

Por eso el Pilates, los hipopresivos, o las actividades mente-cuerpo, en las que el control es más importante que la fuerza, ayudan a recuperar estas patología, el trabajo es global, desde la respiración con el trabajo propio diafragmático hasta la elasticidad muscular para eliminar tensiones y bloqueos.

No son recomendables las actividades de medio y alto impacto al inicio por un motivo muy simple: NO sabemos controlar nuestro cuerpo, y si hay una zona bloqueada, al realizar la actividad física sobrecargaremos aún más la zona debilitada por compensar la hipomovilidad.


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